¡QUÉ HARTURA DE NIÑOS!

Estos días he tenido el inmenso placer de compartir muchas horas con los más peques de la familia y ver sus fechorías. Que si un niño amenaza con tirarse por la terraza porque no jugamos al monopoly, que si la niña se quiere pintar un ojo con permanente azul , que si se intentan cortar con las tijeras... Vamos, cosas típicas de críos.
Cosas de críos que se complican bastante a la hora de la comida. Sin ir más lejos ayer día de año nuevo en plena comida familiar, mi primo de 6 añitos escupió en el plato alegando que los canelones eran una mierda (si, si. Entre arcada y arcada expresó su descontento por esa "mierda de carne picada"). Y si, tenía toda la razón, los canelones estaban más secos que la mojama, pero claro, en teoría eres una persona adulta que tienes que decir "que bueno" a cada bocado que das...

- Ayy, si siempre te lo comes todo... Es que se ha levantado con la barriga un poco revuelta... - dice su madre intentando disculpar el desprecio que ha hecho su hijo a los canelones que tantas horas, esfuerzo, dedicación y cariño le ha costado a mi tía segunda.
- Ajjjjjj, qué asco. Mamáaa coca-colaaa, corre!! - pide como pediría un infartado una aspirina.

Se cierra el desafortunado incidente de los canelones con un par de tragos de coca-cola que logran quitar ese asqueroso sabor de la boca del niño.
Los postres.
Mi prima entra en desacuerdo con mi primo a la hora de elegir quién se va a jalar el último trozo del tortel de reyes (si, ayer comimos tortel de reyes), ya que en ese trozo por lógica aplastante se encontraba la figurita por la que -estoy seguro- serían capaces de vender a sus respectivas madres al mismísimo Lucifer.
- Yooooooo, dame. Yo no he cogido ningún trozo - dice mi primo comiéndose la fruta confitada del trozo anterior.
La niña al ver la maliciosa intención de él al quererle quitar el trozo premiado se abalanza sobre la mesa tirando todo lo que hay a su paso.
- BUAAAAAAAAAAH - Llora indignado mi primo ante tal injusticia.

La niña se come el trozo como mi perro se comería un entrecot de ternera, por poco se traga el rey mago de porcelana, pero no, lo exhibe a todo el mundo sacando la lengua a su enfadado primo.
Este incidente se salda con un tirón de pelos y un par de hostias.

Después de comer se van a jugar con aquél fantástico aparato que consigue evadirlos al que llaman wii.
Hasta que mi tía (aquella) deja al descubierto su ludopatía.

- ¿Jugamos un binguito?
Tiran los mandos del mario kars y corren para pedir a sus respectivas madres jugar al bingo.
- No podéis jugar porque es un juego de mayores. - dice aquella por miedo a que se suspenda el juego.
- BUAAAAAAAH, yo jugoooo y punto.

Diversos minutos de negociaciones posteriores dan lugar a que se suspenda el binguito y juguemos al monopoly,
al menos el bingo era más rápido...

10 limones han dicho...:

Ana dijo...

Cosas de niños, jejeje.

Te dejo a las gemelas un rato.

Un beso,

un ratón dijo...

A veces estas fiestas en amor y compañía te hacen desear volver a trabajar cuanto antes y dar gracias porque sea lunes jijijij.
Feliz Año Limón!!!

cactus girl dijo...

Aggggg...me has recordado que el lunes 10 tengo a 25 de 3 años esperandome en clase....

Jooooooooo, con la desconexion tan absoluta que tenia yo..

Malooo!!!!

Te mato (No, es broma)

Amaranta dijo...

Jajaja, por lo menos los niños son sinceros, no cabe duda. Que son ellos mismos, vamos. Si el canelón es un mierda, pues es una mierda ¡y se ha acabao! Buenísimo :-)))

RaúlSG dijo...

Esos locos bajitos.

Sí que es verdad que a algunos niños dan ganas de cogerlos del cuello, pero no se lo tengas en cuenta, todos hemos sido repelentes alguna vez.

Verónica dijo...

Si, pero recuerda, nosotros fuimos niños alguna vez y también debimos dar por saquito... jajaja. Aunque que yo recuerde no éramos tan rebordes e impertinentes como los niños de ahora que se las saben todas!

Conchamare dijo...

Los niños no entienden de hipocresias se comportan sin temer que puedan molestar a los demas, son sinceros, pueden resultar molestos, por que la verdad molesta muchas veces, y la disfrazamos para no sufrir.

limón dijo...

Ana: Uy, como para tener a dos peques iguales por casa, al final vería doble a todos los críos, juas, juas!

Ratón: Pues si, cuándo hay taaaanto amor en el ambiente le dan a uno ganas de volver a levantarse a las 6 ;)

Cactus: "seeeeño, seño, me he hecho caca en la caja de los plastidecors".
"No para seño, no paraaaa. Que te digo que no paraaaaaa!!", debes de tener mucha paciencia jajaja.

Amaranta: En ese aspecto los envidio. El niño se pudo comer una tortilla francesa y yo me tuve que tragar los canelones con cara de ohquébientehanquedadoestavez. Arggg.

Rabularro: Tienes razón Rabularro. Todos hemos sido repelentes de peques pero lo malo es que hay adultos que lo siguen siendo ;).

Verónica: Yo de pequeño era un ángel, vamos que no respiraba muy fuerte pa' no molestar... ;). Aún así es verdad, los niños cada vez se portan peor por la educación "moderna" que no se les puede ni pegar un berrido.

Savia: Es verdad, pero a medida que se van adentrando en la sociedad se va perdiendo esa inocencia gracias a unos valores muchas veces impuestos. Triste verdad?

¡Muaks!

Lo que diga el espantapájaros dijo...

Los niños son Satán repartido en pequeños botecitos. Un rato molan, pero llega un momento en que son taaan cansinos. Coño, yo cuando me peleaba con mis hermanos no daba la brasa a los mayores.

limón dijo...

Jajaja, los potecitos serán pequeños pero mal expulsan a mansalva eh?, juas juas!

Muaks